domingo, 15 de noviembre de 2015

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Ocurre a ciertas horas de la noche cuando el reloj se decide a marcar la hora de recordarte. Y es ahí donde no puedo hacer más que fundirme en escribir sobre ti y escribirte qué hago en estos tiempos en los que ya no estás. Duermo por dormir, porque dormido es el único momento del día en el que no te pienso (conscientemente); y porque mi cama ya no es más que otro lugar en el que tampoco voy a encontrarte. Y escribiré por escribir, porque de algo tengo que vivir (o morir) si no te tengo cerca y porque es la única forma que puedo hablar contigo sobre ti.

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