jueves, 17 de diciembre de 2015

La vida no sabe igual

Nunca coincidían en nada. Siempre peleaban. Por todo. No había nada que no hiciera que riñeran. Sus días eran un constante desafío con el otro y no había nada que pudiera reconciliarlos. Ambos eran igual de cabezotas y orgullosos. Ninguno pedía perdón. Nunca. Tenían pensares totalmente diferentes y maneras muy distintas de ver la vida. Pero a pesar de todo lo demás, había algo que los unía, y es que se querían como nadie se había querido nunca, y sabían que sin el otro la vida no sabe de la misma manera.

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